miércoles, 18 de enero de 2012

Invasiones germánicas en la Península

Las invasiones germánicas en la Península Ibérica (o invasiones bárbaras) surgen en el siglo V. En 411 llegaron varias oleadas de pueblos germánicos, denominados, vándalos y suevos, además de los alanos ; que habían sido violentamente desposeídos de sus tierras por las invasiones hunas y que, después de esa expulsión habían vagado por Europa hacia occidente, en busca de nuevas tierras donde instalarse.
El pueblo vándalo se asentó en Hispania, período en gran parte oscurecido por su posterior marcha al norte de África donde forjó un importante reino que dominó el Mediterráneo occidental y llegó a saquear Roma en el 455.
 los suevos eran el único pueblo germano en Hispania, instalados en la Gallaecia, Galicia.
En el siglo VI los visigodos, el pueblo más importante, se estableció en la Península Ibérica, tras la derrota del rey Alarico frente a Clodoveo, en la Galia. En el momento en que los visigodos llegaron a la Península, el territorio estaba habitado por otros pueblos germánicos, que habían llegado previamente en una primera oleada migratoria. Era el caso de los suevos(establecidos en la actual Galicia), los vándalos (en el sur de la Península) y los alanos(en el centro). En la historia de los visigodos en la Península Ibérica hay que distinguir dos etapas, diferenciadas por la tendencia religiosa del poder. Desde un primer momento, cuando los visigodos se convierten al Cristianismo, lo hacen bajo el credo arriano. Su característica principal era la negación de la consustancialidad de Dios y Cristo; es decir, que fueran una misma persona. De esta manera, Jesús quedaría subordinado al Padre.

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